¿Y qué tal unas galletas para tomar el café o un té en estos días de encierro en casa?
Estas son facilisimas de hacer y están riquísimas, con un sabor muy fino. He hecho dos variantes, en una de ellas el pistacho se tuesta a la vez que la pasta en el horno y en otra, van al natural sobre la cobertura de chocolate blanco.
El origen de las galletas de mantequilla es británico y se remonta al siglo XII donde se recoge la primer receta escrita.
Son sin duda una delicia y un vicio, se consiguen diferentes texturas con solo cambiar los tipos de harina.
Las que os comparto hoy no son muy dulces, el punto justo de azúcar, así que si las preferís más dulzonas añadid un poco más de azúcar a la fórmula, o espolvorearlas con azúcar glas una vez acabadas.
INGREDIENTES :
150 gr de mantequilla sin sal.
100 gr de azúcar.
2 sobres de azúcar vainillado.
250 gr de harina de trigo. normal, de todo uso.
2 yemas de huevo.
Pistachos al natural sin sal picados a cuchillo.
Un pellizco de sal.
c/s chocolate de cobertura blanco para decorar.
ELABORACIÓN:
Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente junto con los dos tipos de azúcar en el bol y mezclamos con el accesorio de pala hasta tener una textura cremosa.
Incorporamos a la mezcla una de las yemas de huevo y la otra la reservamos para pegar los pistachos.
Una vez integrados todos los ingredientes añadimos la harina tamizada y la sal. Mezclamos hasta formar una bola de masa muy blanda y manejable.
Extendemos la masa entre dos papeles de horno y refrigeramos para que endurezca y sea más fácil y preciso cortar las galletas.
Un truco para que salgan perfectas es mojar el cortador en un poco de aceite antes de cortar la masa.
Una vez las hayamos cortado con la forma deseada, batimos la yema restante y pasamos el borde de cada galleta por el huevo a modo de pegamento y de ahí, a los pistachos picados.
Para las que vayáis a hacer con chocolate blanco podéis omitir este último paso.
Una vez listas las colocamos en la bandeja de horno sobre papel sulfurizado o sobre un tapete de silicona microperforado que sería lo ideal porque se hornean mucho mejor y de forma más uniforme y profesional. No hay más que darles la vuelta y veréis qué diferencia las horneadas en tapete y las horneadas en papel.
Horneamos a 180°c durante unos 15 minutos o hasta que veáis que se van dorando.
Dejamos enfriar un par de minutos y las pasamos con cuidado a una rejilla.
Decoramos las de chocolate mojando la mitad de cada galleta en la cobertura y poniéndole un poco de pistachos picados.
Listas para comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.